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La Flor del Sheika por Sakuradelari

 
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R4ml
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MensajePublicado: Vie Jul 31, 2009 4:53 pm    T�tulo del mensaje: La Flor del Sheika por Sakuradelari Responder citando

El d�a hab�a empezado despejado, ninguna nube cruzaba los cielos y una cristalina luz entraba por la ventana.

Link ya se hab�a acostumbrado a esto, a los rayos del sol. Despu�s de haber vivido tantas luchas dentro del Crep�sculo sus ojos reconoc�an con dificultad la claridad de todas las ma�anas en Ordon.

Hac�a dos a�os que Link hab�a derrotado a Ganandorf y devuelto a Midna al mundo al que pertenec�a, al mundo del crep�sculo y de los twili. No pod�a negarlo, sab�a que la extra�aba como tambi�n echaba de menos las aventuras ocasionales que ten�a siendo h�roe.

Se acerc� a la ventana lentamente y abri� la cortina para ver al exterior, apenas lo hubo hecho cuando escuch� que Iv�n y los ni�os del pueblo gritaban su nombre.

Baj� r�pidamente de su dormitorio y lleg� hasta donde lo esperaban.

-�Qu� pasa, Iv�n?- Pregunt� Link algo adormilado a�n.

-Perdona por molestarte tan temprano Link, lo que pasa es que mi hermano quer�a pasar a verte y� los dem�s nos siguieron.

-Fue Talo el que oblig� venirnos al resto- dijo Malo se�alando con la mirada a su hermano mayor.

-�C�llate! -exclam� Talo, avergonzado.

-Bueno, no se peleen� Y bien, dime qu� necesitas, Evan�- Link observaba al ni�o que se ocultaba detr�s de Iv�n, era de ojos caf�s y un pelo negro brillante, aunque apenas ten�a dos a�os de edad sent�a un fuerte lazo por Link.

El peque�o ni�o se acerc� cautelosamente a Link y le ofreci� un objeto que parec�a ser una br�jula.

-Muchas gracias, Evan- sonre�a mientras la tomaba.

Evan volvi� a la espalda de su hermano habi�ndoselo entregado.

-�Link! Esas ropas realmente te gustan, �verdad? No te las quitas nunca- dijo Bea, mirando fascinada los t�picos ropajes de Link.

-jeje bueno, ya me acomod� con ellas �Te molestan?

-�No! Claro que no, Link, te ves� muy bien con ellas.

-Huuuy� Bea se ha enamorado de Link.- dijo Talo con un codazo a Bea-. �Cu�ndo te le declaras?

-�No seas tonto! No me gusta� Adem�s, a Illia le�- su cara se torn� en tristeza.

Todo qued� en silencio. De repente apareci� Ilia, ella quer�a hablar urgentemente con Link, �ste se despidi� de los chicos y se fue con su amiga, que parec�a algo triste y preocupada.

Llegaron a la casa del alcalde, quien era el padre de Illia. �ste se acerc� a Link y lo oblig� a que lo acompa�ara a una habitaci�n m�s privada.

El alcalde de Ordon le entreg� una carta y despu�s se sent� meditativamente en una silla a espaldas de Link. Era obvio que antes ya hab�a sido abierta porque el sello estaba roto. Eso no importaba mucho, pero hab�a algo extra�o, �por qu� todo estaba en tanto silencio? El ambiente ten�a un aire de preocupaci�n. Abri� lentamente el sobre y ley� la carta� No hab�a m�s de cuatro palabras pero fueron suficientes para disparar la preocupaci�n del joven h�roe.

�URGENTE. Zelda te necesita�

Sali� corriendo de la casa y fue en busca de Epona� no estaba, �Qu� hab�a pasado con ella?

-Link�- Illia estaba esperando a que �l saliera de la casa para abordarlo.

-�Lo siento, me tengo que ir! �Necesito a Epona!- Estaba a punto de retirarse pero sinti� que alguien le tomaba del brazo.

-�No te vayas!- le suplicaba Illia.

Link la mir� a los ojos. Nunca hab�a notado lo hermosa que era su amiga, su pelo casta�o brillaba con los matutinos rayos del sol y sus ojos brillaban m�s con las l�grimas que ahora nublaban su vista.

Pasaron por la mente de Link los recuerdos de su infancia en Ordon, en ese momento una nostalgia lo invadi�, no quer�a irse de su pueblo� Pero luego aquella frase corrompi� sus recuerdos; �urgente. Zelda te necesita �.

Tom� el brazo de Illia y lo retir� del suyo -Lo siento- fue todo lo que le dijo, y parti� rumbo al castillo de Hyrule. Estando en las afueras de Ordon, en aquel puente que delimitaba el fin del pueblo.

Hab�a logrado encontrar a Epona (a final de cuentas Illia se la hab�a devuelto), llevaba todo lo necesario para adentrarse en Hyrule.

-��LINK!! �gritaba.

Link volte� a ver qui�n lo llamaba, no pod�a creer lo que ve�a, era el peque�o Evan que desesperadamente corr�a hacia �l con sus peque�os pies; est� era la primera vez que lo escuchaba decir palabra alguna.

-E-Evan� �qu� haces aqu�?

-Link� q-qu-qu�date.

Link baj� la cabeza.

-Lo siento Evan, pero tengo que marcharme - le dijo acarici�ndole el cabello al peque�o-. Tienes un gran coraz�n, por eso debes cuidar del pueblo�

-�Vol-volver�s?- tartamude� Evan.

Sus peque�as manos se estiraron como si esperara recibir un abrazo. En vez de eso Link se sac� del bolsillo la br�jula que le hab�a dado y se la entreg�.

-Te prometo regresar por esto, Evan.

Evan volvi� a estirar los brazos en espera de un abrazo.

-No�- Le dijo Link mientras lo obligaba a bajar los brazos �Eso tambi�n te lo dar� al regresar- Nunca se hab�a sentido tan triste, pero algo le dec�a que el viaje de regreso iba a tardar m�s de lo que quisiera y no quer�a hacer de su despedida algo a�n m�s doloroso.

-Adi�s� -Link mont� en Epona y desapareci� cruzando el puente hacia su destino.
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MensajePublicado: Vie Ago 14, 2009 5:10 pm    T�tulo del mensaje: Responder citando

Capitulo 2. Una voz desconocida

Link cabalgaba por la pradera al sur de Hyrule. El viento le golpeaba el rostro de una manera arrulladora, y en el aire se respiraba la humedad� Parec�a que sus sentidos se hab�an avivado y ahora percib�a todo como hac�a mucho no lo hab�a hecho, era la sensaci�n de una nueva aventura.

Aceler� el paso y Epona se detuvo frente al castillo, baj� corriendo y entr� a la ciudadela; parec�a ser la hora en la que m�s gente estaba activa, porque tuvo que empujar a medio mundo para poder pasar.

Cuando logr� llegar a la entrada principal del castillo, se detuvo en seco, la puerta estaba siendo custodiada por los guardias reales que deb�an ser como unos 20.

Mir� el rostro de todos y examin� sus expresiones, estaban claramente alterados, algo malo estaba pasando y le desesperaba no saber lo que era. Sin pensarlo, Link trat� de romper la l�nea de los guardias, estaba realmente preocupado y su precipitaci�n lo llev� a que todos los que custodiaban la entrada se abalanzaran sobre �l.

-�L�rgate de aqu�! Las reglas son claras, nadie puede entrar al castillo- Dijo el guardia m�s novato con una gran sonrisa. Hab�an parado de golpear a Link y se sent�a muy imponente por haberle propinado una paliza al h�roe elegido por las diosas.

Link hizo caso omiso a la advertencia, herido, se levant� y se prepar� para pelear

-�Qu� no escuchaste? �De aqu� no pasas!- El novato empez� a re�r descontroladamente- �No importa cu�ntas veces lo intentes! Vete antes de que acabes muerto

-Ser� mejor que cierres la boca, Al� No nos estamos enfrentando a cualquiera- Dijo el capit�n de la escolta

Al� retrocedi� al escuchar esto; y vio como Link tomaba una fiera posici�n con su espada en mano.

A Link le llenaba una enorme furia, pero antes de que siquiera pudiera atacar, sinti� como alguien lo alzaba de la parte de atr�s de su ropaje.

-No puedo creer que tan temprano andes causando problemas, Link- Era Telma quien lo sosten�a- M�rate, semejante cortada la que llevas en la frente- Solt� una peque�a risa y baj� a Link para que �l pudiera poner los pies en el suelo.

-Telma� �Pero qu� haces?- Pregunt� Link con una ligera sonrisa, contagiado por la de Telma

-No puedo creer las locuras que hacen los chicos de ahora, ven, vamos a la Tasca- lo tom� del brazo- Antes que nada necesito explicarte algunas cosas

-Pero� Pero�- Dijo Link se�alando a los guardias con su mano libre y en un tono infantil- Pero es que�

-Nada de �peros� muchachito

Telma se disculp� con los guardias por el comportamiento de Link y se lo llev� de la oreja hasta llegar a la Tasca.

El lugar estaba vac�o, desde algunos d�as nadie entraba y todo estaba cubierto por una ligera capa de polvo. Link se sent� en una silla junto al fuego para contemplarlo.

-Link, esc�chame- Telma se sent� junto a Link- Yo fui quien te envi� la carta�- Hizo una pausa para que Link hablara, pero este permaneci� viendo al fuego, as� que continu�- No s� si recuerdes a Leonardo, �l y el doctor de la ciudadela est�n cuidando de la princesa Zelda en estos momentos

-�Ella est� bien?-Pregunt� Link con voz apagada sin voltear a ver a Telma

-Mira� La semana pasada Leonardo me envi� una carta explic�ndome todo lo que pasaba, al parecer la princesa tiene una rara enfermedad, han estado haciendo todo lo que pueden por ella pero�- Se qued� callada

-Dices que tienes un pasaje en este lugar que lleva al castillo �No es as�? Dime c�mo entrar

-Sab�a que preguntar�as eso, Link- Esboz� una gran sonrisa- Si quieres ver a la princesa tendr�s que esperar hasta que oscurezca, despu�s de eso, ir�s por un peque�o pasadizo que te llevar� dentro, de ah� s�lo tienes que subir unas escaleras y llegar�s al cuarto donde se encuentra Zelda

Link asinti� con la cabeza, y como estaba cansado, Telma lo llev� a una peque�a habitaci�n para que durmiera hasta que llegara la hora.

-Gracias por dejarme descansar aqu�, Telma

-Vamos, Link, es lo menos que puedo hacer por una persona como t�

-jeje- Ri� d�bilmente

-Todo saldr� bien, conf�o en que t� puedes rescatarla, si no lo creyera no te habr�a pedido ayuda- Se acerc� a Link y le dio una palmadita en la espalda- S�lo necesitas confiar m�s en ti mismo

-No s� No s� si pueda ayudarla

-S� que podr�s�- Telma cerr� la puerta de la habitaci�n al salir

Link se recost� en la cama y mir� al techo, puso las manos sobre su rostro y suspir� profundamente, no sab�a qu� hacer o pensar, estaba muy confundido �Qu� era lo que le pasaba a Zelda? �Cu�l era esa enfermedad? �Qu� tan grave era?

Su cabeza le dol�a as� que decidi� escuchar los sonidos a su alrededor, escuch� como Telma preparaba una bebida, el viento soplar por las ventanas y algunas tablas rechinar� Su mente entr� en una tranquilidad total, era como si estuviera so�ando despierto.

De golpe, todos los sonidos cesaron.

�Sal de este lugar� Escuch� Link, esa voz estaba en su mente pero no era la suya, no lograba reconocer de qui�n era.

-�Qu� esperas�? - Se volvi� a escuchar en su mente- Sal, Link�

Link obedeci� a la voz sin estar seguro de lo que hac�a, sali� de la Tasca.

Se sorprendi� mucho al ver que justo en la puerta de entrada esperaba una peque�a persona, era Impaz, la anciana que cuidaba de un pueblo escondido al norte de Hyrule.

-Me alegra mucho verte joven h�roe- Le dijo a Link- Toma esto, es un libro� Es un muy valioso libro� umm, me duele mi espalda- Se quej� Impaz mientras le daba el libro, Link lo tom�.

-�Por qu� me has dado esto?- Pregunt� examinando el libro

-Me dijeron que te lo diera jovencito�

-Pero� Qui�n �Qui�n te dijo eso?

Antes de que Impaz pudiera responderle, Telma sali� y agarr� a Link de la oreja, meti�ndolo a la Tasca de nuevo. La hora hab�a llegado, la noche ahora cubr�a el cielo, y Telma era demasiado impaciente como para perder un momento m�s.

Link mir� con detenimiento el libro que la anciana Impaz le hab�a entregado; cuando le llevaron al pasaje lo guard� entre sus ropajes.

-�Est�s listo, Link?- Le preguntaron- No debes dejar que ning�n guardia te vea

-S�, estoy preparado para lo que sea� De ahora en adelante
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MensajePublicado: Jue Ago 27, 2009 2:32 pm    T�tulo del mensaje: Responder citando

Cap�tulo 3. El encuentro con la princesa

Volte� a ver el pasillo al que ten�a que entrar, todo oscuro, cubierto de musgo y agrietado en las paredes. Por primera vez sent�a una sensaci�n de inseguridad y desconcierto, algo malo le esperaba o eso le dec�a el instinto, aquel que una vez tuvo tan desarrollado siendo lobo.

Link arrug� la nariz al pensar en esto, de la misma forma en que alguien lo har�a si el lugar apestara.

-�Vamos! � Telma le dio un golpe en la espalda a Link, tan fuerte, que casi se la rompe- No pasar� nada, esos guardias son unos debiluchos. Pero igual trata de no causar alboroto, chico

Link le mostr� una gran sonrisa a Telma

-Adem�s�- Dijo �sta -Te tendr� preparado un gran regalo para cuando regreses- se ri� fuertemente- Ta va a gustar mucho, pero te lo dar� con una condici�n�-Se acerc� a Link y lo abraz� fuertemente.

Link nunca hab�a recibido un abrazo, se sent�a extra�o, era una sensaci�n de calidez y de cari�o reconocible s�lo para aquellos que poseen una familia. Los brazos de Telma lo estrecharon fuertemente.

-La �nica cosa que te pido, Link�- Continu� Telma mientras lo abrazaba todav�a- Es que vuelvas a ser el de antes; he notado que tu sonrisa est� decayendo y tus ojos no muestran ese fuego, ese valor que ten�an antes, esa gran fiereza por la que me sorprendiste. Deja de preocuparte, querido, piensa y conf�a un poco m�s en ti� Si te guardas las cosas de esta forma� Lastimar�s tambi�n a los que te rodean- Su voz se quebrant� al decir lo �ltimo

-Lo siento- Sin permitirse sentir nada en ese momento, Link se separ� del apret�n de Telma- Regresar�, pero no� No s� lo que quieras decir con�- La voz de Link se fue apagando

Baj� la cabeza por un momento, decidi� que ya no hab�a nada que pudiera decir.

Mientras entraba al pasadizo se despidi� de Telma con la mano y cerr� la entrada.

Estaba muy oscuro, no hab�a m�s ruido que el sonido de sus pasos en el suelo h�medo, conforme se adentraba en el camino, la oscuridad iba haci�ndose m�s profunda. Link no ten�a que preocuparse por perderse puesto que el pasaje era muy estrecho y no hab�a bifurcaciones, era un sendero lineal.

-�Auch!- Exclam� Link.

Su frente hab�a chocado con la pared, ya no hab�a m�s camino

-�Maldici�n! �Qu� pasa aqu�? �Se acab� el camino?- De nuevo comenz� a desesperarse- �Como si el d�a de hoy me hubiera ido de maravilla y ahora me ocurre esto!...- Link dio un fuerte golpe a la pared de en frente- �Demonios!

Apenas retir� la mano de la pared cuando �sta se cay�.

Se qued� muy sorprendido, abri� la boca y un hilo de saliva estaba por escap�rsele.

Por lo menos se hab�a iluminado el pasaje, pero ya no hac�a falta caminar m�s, estaba dentro del castillo. Aquello que hab�a derrumbado no era un muro, sino una ligera capa de yeso de apenas 2 cent�metros.

-�Ah� est�n las escaleras!- Grit� mientras corr�a hacia ellas. Subi�ndolas se encontrar�a con la princesa Zelda, ten�a unas ganas inmensas de verla �No hab�a tiempo que perder!

-�A d�nde con tanta prisa?- Escuch� que le dec�an

-Te ves demasiado contento, pero no tengo tiempo para partirte la cara, d�jame pasar-Exigi� Link

Al� hab�a aparecido de la nada y ahora le imped�a el paso en las escaleras a nuestro h�roe, por la pinta que llevaba; preparado y con espada en mano, se notaba que el joven guardia hab�a estado esperando a que Link apareciera.

-Esta vez no te dejar� escapar- Al� lo apunt� con su espada

-Ya me cans� de ti- Link desenvain� r�pidamente.

Sus miradas apenas se cruzaron cuando ambas espadas, furiosas, comenzaron a chocar por los aires.

A pesar de que Al� todav�a no era un experto en el arte de la espada, contaba con que Link estuviera lo suficientemente herido por la batalla que se hab�a desarrollado en la ma�ana. En cambio, tener que pelear en estos momentos era el colmo para Link, quer�a terminar con eso de una vez.

Al� utiliz� una estocada contra Link, pero �ste la esquiv� muy f�cilmente. Link era demasiado veloz y lo utiliz� como ventaja. Al� volvi� a atacarle con un movimiento feroz que logr� rosar la ropa de Link. �Jaja� re�a el guardi�n por su gran acercamiento, pero el descuido le costar�a caro, porque apenas articulo sonido alguno cuando Link dio un brinco con la espada en mano� Era el potente corte volador que a duras penas alcanz� a esquivar Al�, cayendo al suelo desprevenido.

-Aquellos que presumen de sus habilidades es porque no tienen ninguna- Dijo Link mientras amenazaba con la espada a Al�, quien permanec�a a�n tendido en el suelo.

-No� No me lastimes-Rog� Al�.

Link nunca hab�a tenido tanta furia en s� mismo, la mirada que ahora ten�a, era totalmente diferente a cualquier otra, no era de valor� No era esa mirada que siempre hab�a tenido de aventura y decisi�n, sus ojos mostraban un odio y rencor profundos� Como el observar de un monstruo. Era ante eso, por lo que Al� tanto se estremec�a.

Sin preocuparse por nada, Link dio media vuelta dejando tendido en el suelo a su enemigo. Pudo haberle atacado por la espalda, pero subi� tranquilo y sin interrupciones por las escaleras hasta la puerta, tras la cual� encontrar�a a Zelda.

Entr� a la gran habitaci�n, era muy sombr�a, no ten�a detalles ni columnas. S�lo se encontraba una gran ventana al final, desde donde se apreciaba, como paisaje, las majestuosas monta�as de Hyrule.

Link, camin� hasta llegar a una cama que se encontraba en la esquina de la habitaci�n, al lado de la gran ventana. En ella dorm�a pasivamente Zelda. Se sent� sobre las sabanas de la cama en espera de que despertara

-Link�- Dec�a Zelda mientras abr�a los ojos.

-�Est�s bien?

-Hace mucho que no ven�as a visitarme, Link�- Zelda alz� su mano y acaricio la herida que Link ten�a en la frente- Pero siempre llegas lastimado�- Comenz� a re�r

-�Qu� es lo que te pasa?- Link tom� su mano, Zelda estaba sudando y su temperatura corporal era extremadamente alta, su rostro era p�lido, y en su hombro hab�a una mancha oscura que apenas pod�a notar porque el vestido la cubr�a.

- Al principio, despu�s de que salvaste a Midna, me visitabas casi siempre, a pesar de que no tuvi�ramos mucho tiempo para los dos� Como yo soy la princesa, no pod�a prestarte toda mi atenci�n, a�n as� T� siempre aparec�as por el castillo para saber las noticias sobre el reino, para� Pasar un rato agradable. Pero� Un d�a, dejaste de venir �Por qu�, Link?

-Yo� No lo s�

-Te cansaste �Verdad?

-�NO!- Link apret� fuerte la mano de la princesa- Es decir� A m� siempre me encantaba venir, no importaba que fuera por poco, pero estar... Contigo, val�a la pena, a�n la vale� Estoy aqu� por ti

-�Y por qu� no ven�as?

-Es porque�- Link pensaba nerviosamente; estar con Zelda era lo que �l siempre quer�a y no entend�a c�mo es que hab�a dejado de verla, parec�a que los dos a�os no hubiesen pasado, que se hubiera olvidado que exist�a el tiempo.

Zelda comenz� a respirar entrecortadamente, su piel se hizo a�n m�s p�lida y comenz� a sudar m�s, apret� fuerte los ojos, un gran dolor le recorr�a el cuerpo.

-�ZELDA! �Qu� es lo que pasa?-Link trataba de calmar su dolor pero no sab�a c�mo- �Debe haber alg�n doctor que te atienda! �Leonardo deber�a!- Link iba a salir a pedir ayuda, pero sinti� que lo tomaban de la ropa

-No� Te� Vayas- Zelda lo agarraba de la t�nica para que no se fuera, hab�a dejado de dolerle. Pero Link pudo notar como la mancha oscura de su hombro se extend�a hasta llegar a la base de su cuello.

-�Qu� es lo que tienes? Yo debo� Quiero ayudarte

-Link, t� estabas cansado� -Dijo Zelda respondiendo la pregunta que ella le hab�a hecho- De todos; te cansaste de el d�a a d�a, te cansaste de los amaneceres, te cansaste de ti� Por eso, tu coraz�n se corrompi�, tu vida se volvi� vac�a y sin sentido�

-Pero �De qu� hablas?

-Link, la raz�n por la que estoy enferma�- No pudo o�r lo �ltimo, los labios de Zelda se mov�an pero no emit�an sonido alguno.

Todo se silenci�.

Esa voz le hablar�a de nuevo.
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MensajePublicado: Lun Ago 31, 2009 4:25 pm    T�tulo del mensaje: Responder citando

Cap�tulo 4. La misma nueva tierra

-�Quieres salvarla?- Le pregunt� la voz a Link- �Quieres salvar a Zelda?

Link era el �nico que pod�a escuchar las preguntas que sonaban en su mente, pero las escuchaba muy cercanas, como si le susurraran al o�do.

-S�

-�Qu� es lo que pasa?... �Est�s bien?- Zelda notaba la mirada perdida que ten�a Link. Cuidadosamente se levant� de su cama, se pod�a ver que no se hab�a quitado el vestido en algunos d�as porque estaba muy arrugado. Dio unos cuantos pasos hacia Link pero cuando lo toc�, �ste le pidi� que se alejara.

En cuanto Zelda le hubo tocado, Link sinti� un fuerte dolor en la cabeza, un estridente zumbido llen� su mente y no le permit�a hablar ni pensar correctamente.

-�Link!-Gritaba Zelda

Ante ese gran ruido, Link no pod�a escuchar la voz de Zelda. Puso sus manos en la cabeza para intentar apaciguar el sonido, pero era in�til.

-M�rala a los ojos� - Le orden� a Link aquella extra�a voz, y la �nica que pod�a distinguir entre el zumbido que hab�a en su mente. Volte� a ver los ojos de Zelda sin poder pensar bien- �Los ves? �Ves lo opacos que est�n?

Sea lo que sea que le hablara a Link, pod�a escuchar sus preguntas claramente, el dolor de su cabeza fue apag�ndose poco a poco hasta sentirlo como algo latente.

Era verdad, los ojos de Zelda estaban opacos, pero no s�lo eso; toda ella se ve�a gris, su piel parec�a tan blanca y fr�gil como el papel; su vestido, que una vez hab�a sido tan bello, estaba roto y desgastado; Y aquella mancha negra que amenazaba con llegarle al rostro, parec�a ser la marca de alg�n m�rtir� de alg�n culpable�

-Ella morir�- Escuch� en su mente, Link.

-�NO!- Grit� al instante -�No lo permitir�!

-�Pues sal! �Vete ahora mismo de este castillo!- Le grit� la voz. Era la primera vez que la escuchaba tan furiosa.

Link se incorpor� y camin� hacia la salida, su mente ya estaba m�s calmada y hab�a decidido obedecer a quien le hablaba.

-Link� No te vayas- Le rog� Zelda, sin poder dar un paso lejos de su cama, que era lo que le daba apoyo para mantenerse en pie

Link, cerca de la puerta, volte� a verla.

-Regresar�

-No, Link. Por favor� Qu�date s�lo un poco m�s

-Zelda�- Link alej� su mano de la manecilla de la puerta, dispuesto a complacer a la princesa.

Cuando consider� quedarse con ella. Como si fuera un gru�ido de disgusto, apareci� nuevamente el sonido en su mente� Era algo tan penetrante y doloroso; no le permit�a hablar, pensar ni escuchar. Golpeo con los pu�os cerrados su cabeza, intentando terminar con el ruido.

-�Sal ahora mismo! �La princesa morir� si no lo haces! �VETE AHORA!- Era eso todo lo que Link pod�a escuchar. Quien le hablara a trav�s de su mente parec�a rugirle, odiarle, por decirlo de otra manera.

Abri� la puerta para salir del cuarto, el dolor le impidi� voltear a ver atr�s, no pudo despedirse de Zelda, s�lo quer�a que el dolor terminara de una vez por todas.



Link bajaba por las escaleras hacia la salida principal del castillo, el zumbido a�n persist�a y cada vez se hac�a m�s profundo. Casi llegaba a la salida cuando sinti� un fuerte golpe y cay� al suelo. El jefe de la Escolta Real le hab�a herido por la espalda.

Link se incorpor� torpemente. Era claro que, con aquel dolor de cabeza que ten�a, y rodeado por los guardias del castillo, no podr�a ganar esta batalla.

-�No te gusta leer?- Le pregunt�, por sobre el ruido, la voz de su mente

-�Qu�?- Link no pod�a entender lo que quer�a decir esa pregunta

-S�lo tienes que sacar tu libro� Y leer un poco

Link record� que ten�a el libro de Impaz a�n entre sus ropas, as� que lo sac� r�pidamente. En cuanto sus manos tocaron esa vieja portada, el zumbido, y cualquier otro ruido ajeno, dejaron de escucharse.

-Lee en voz alta- Le pidi� la voz, ahora serena.

Todo estaba en completo silencio, era como si el tiempo se hubiera detenido. Los guardias decidieron no atacarle por curiosidad y asombro, as� que se quedaron quietos, observando lo que har�a con ese libro que ten�a entre sus manos.

Link lo abri� y ley� las letras que hab�a en las p�ginas amarillentas, el libro era tan antiguo que parec�a que se romper�a en cualquier momento�

-�Hoy es el d�a en que nuestra raza ha decidido parecer� - Empez� a recitar- Ante la traici�n del pr�ncipe, que cre�amos tan leal a nosotros. Es la muestra de que somos un peligro, al ser nacidos de las sombras, no podemos vivir sin estar unidos a algo� Sin perjudicarlo�

-�Qu� tanto est�s diciendo! �Te has vuelto loco?- Re�a a carcajadas Al�. Pero Link no lo escuchaba� Segu�a leyendo:

-�Y es por eso, que nos desligamos, de aqu� y ahora en adelante� Seremos s�lo un recuerdo� Porque esa traici�n, no ha sido m�s que una manera de abrir los ojos a la realidad� No podemos ni debemos proteger a nadie�

Los guardias escuchaban atentamente a Link, que segu�a metido en una especia de transe mientras le�a.

-�No estamos molestos con nuestro querido pr�ncipe, estamos tristes porque se ha alejado de nosotros, nos ha olvidado� Nos ha cambiado por una flor, nos traicion� por una rosa� Y ahora, lloramos eternamente por �l� Y por nosotros� �- Link hizo una pausa, como la que se hace cuando vas a leer el siguiente cap�tulo de una historia- �Hubo una enfermedad que con todos terminaba, y no se sabe su procedencia ni su causa, pero la cura era siempre la misma, una extra�a flor que no cualquiera cultivaba; s�lo alguien que odiara, s�lo alguien que amara�

Link termin� de leer y todos los sonidos regresaron. Pod�a volver a escuchar y ahora ya no estaba ese molesto zumbido ni la voz extra�a.

Muchos guardias se alejaron corriendo, y Link no sab�a por qu� Mir� sus manos y vio que se estaban deshaciendo, como si fueran arena�

-�AHHH! -Gritaba Link- ��Qu� es lo que pasa?!

Su cara empez� deshacerse al igual que sus manos� Pero no sent�a dolor alguno, empez� a ver todo borroso y cay� en un profundo sue�o. Y en ese sue�o, hab�a una melod�a conocida: La canci�n del tiempo, que se repet�a una y otra vez, arrull�ndolo hasta hundirlo en la inconsciencia.



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-Despierta� �Est�s vivo?... Hay pero que problema con este tipo- Escuchaba Link que le dec�an.

Abri� los ojos lentamente, lo primer que vio fue el gran y hermoso cielo de Hyrule, despu�s de eso, sinti� como le mojaban la cara.

-�AH! Pero qu� demonios�- Dijo incorpor�ndose Link- �Qui�n me ha mojado?

-Huy, Huy� Pensaba que segu�as dormido, mira que por no verte jajaja. Lo siento

-�Qui�n eres t�, ni�ito?

Link mir� al muchacho que le hab�a despertado. Era de pelo corto, negro y revuelto, de una piel clara, medio quemada por el sol; ten�a una cicatriz bajo su ojo izquierdo y sus pupilas eran de un color rojo intenso; vest�a con una especie de short hecho de manta, hab�a unas cuantas pulseras de cobre en sus manos, y un ojo muy extra�o adornaba a la prenda con la que cubr�a su pecho.

-�Qu� quien soy yo?- Re�a el muchacho- Mi nombre es Niliet, y no est�s en posici�n de tratarme como se te antoje, d�jame decirte�

-A un ni�o como t� no le conviene levantarle la voz a un guerrero� �D�jame decirte� � Le respondi� Link, en tono de burla, mientras buscaba la empu�adura de su espada

-�Buscas esto? Oh, gran guerrero�- Se burlaba Niliet, mientras le ense�aba la espada de Ordon a Link, se la hab�a quitado mientras dorm�a.

-�Devu�lveme eso, ni�o! No es para que alguien como t� lo ande� agarrando

Niliet ri� nuevamente, y complaci� a Link entreg�ndole su espada.

-�Qu� pas�? Lo �ltimo que recuerdo� Es que estaba leyendo el libro que Impaz� �El libro!- Link se sobresalt� al darse cuenta que el libro no estaba, lo buscaba por todos lados pero lo �nico que encontr� fue un mont�n de cenizas.

-�Oh! No� Ese libro era muy importante, Impaz me matar� cuando sepa que se ha quemado� -Dijo Link moviendo las cenizas del suelo.

De repente escuch� un sonido que ven�a de las cenizas, de ellas, sali� una peque�a luz azul� Era un hada, parecida a las que Link sol�a capturar con sus botes.

-Incre�ble son ustedes, los Hylianos. Mira las m�ltiples sorpresas con las que me has llegado hoy- Exclam� fascinado Niliet, mirando al hada.

-Yo tampoco s� de d�nde sali�, si a eso te refieres con tu expresi�n- Link tambi�n ten�a curiosidad por lo que acababa de suceder.

-Hay� Estoy muy cansada, he estado en ese libro por mucho tiempo- Dijo el hada mirando a Link-Aunque no estoy segura de que �tiempo� sea la palabra adecuada para utilizar

-�C�mo es que terminaste en un libro, peque�a?- Le pregunt� Link

-Te lo contar� m�s adelante, estoy muy cansada como para dar explicaciones�

-Oigan, lamento interrumpir su muy �intrigante� conversaci�n. Pero� �C�mo has llegado a mi lugar secreto, Hyliano?- Le pregunt� Niliet a Link

-�Tu lugar secreto?

Link apenas advert�a la clase de lugar donde hab�a ido a parar. Estaba arriba de una columna de piedra de unos 10 metros de altura, que se encontraba en un alg�n lugar col�ndate a un desierto. Todo le era absolutamente irreconocible, parec�a otra tierra, vecina al reino del que proven�a.

-No te hagas el tonto, Hyliano� Dime c�mo has llegado hasta aqu�- Niliet le daba unas suaves pataditas a Link para que respondiera.

-No me digas �Hyliano�, mi nombre es Link

-Te llamar� �Link�, cuando t� me llames �Niliet�

-Est� bien� �D�nde estamos, Niliet?- Pregunt� Link

-Jaja Bueno, sigamos tu juego y finjamos que no sabes c�mo llegaste hasta aqu�. Ejem... Pues mira, estamos junto al desierto de las Gerudo, que son unas ladronas desalmadas quienes disfrutan de�

-�QU�! �Esto no puede! No puede ser� Hyrule�- Link se sobresalt� y empez� a mirar y caminar hacia todas direcciones� El desierto no estaba como lo recordaba, pues al final de �ste, se estaba construyendo una fortaleza que �l jam�s hab�a visto.

La peque�a hada vol� hasta donde estaba Link

-Link, has sido tra�do hasta aqu�, porque en este lugar se encuentra aquello que salvar� a la princesa�- Le dijo el hada

-�C�mo es que lo sabes? Bueno, ya no importa, esto es demasiado confuso- Link se sent� de golpe- No s� No s� lo que debo hacer ahora� �A d�nde debo ir? No estoy seguro si quiera de d�nde estoy� Ni de c�mo llegu�- Link suspir�

-Tranquilo, yo estoy para guiarte, no te preocupes, Link- Lo consol� el hada- Vamos al castillo, estoy segura de que ah� encontraremos algunas respuestas.
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MensajePublicado: Vie Sep 11, 2009 12:01 pm    T�tulo del mensaje: Responder citando

Cap�tulo 5. El origen de la extra�a voz.

Link y la peque�a hada se encaminaron hacia el desierto con ayuda de Niliet. Link odiaba tener que estar acompa�ado del ni�o de ojos rojos, pero no ten�a de otra si quer�a llegar al catillo de Hyrule.

Avanzaron poco a poco hasta llegar cerca de la fortaleza que se estaba construyendo. No hab�a nadie.

Niliet le explic� a Link que las Gerudo se hab�an ausentado porque festejar�an el nacimiento de un var�n en su tribu. Cosa que a Link no le importaba, se limit� a asentir con la cabeza a todas las explicaciones que le daba.

Hac�a realmente mucho calor, as� que apresuraron el paso, dejando r�pidamente a la fortaleza y al desierto atr�s. Pero� Hab�a un peque�o problema; en el l�mite que separaba la pradera de Hyrule y la zona donde ellos estaban, se encontraba, como conexi�n, una gran cascada y un profundo r�o, por los cuales no podr�an pasar.

-�Y ahora qu�?- Pregunt� molesto Link.

-Parece que no podremos pasar- Dijo el hada, mirando al ca��n que hab�a sido creado por la erosi�n del r�o.

-S�, podremos cruzar�- Dijo Niliet- S�lo hay que esperar al d�a de ma�ana, porque ya est� anocheciendo

-No tenemos por qu� esperar hasta ma�ana, s�lo crucemos de una vez - Se desesper� Link

- Anda, anda, con la prisa que tienes�- Se molest� Niliet- �Vete t� solo! �Ahora mismo! Porque no te ayudar� a pasar.

-No necesito de tu ayuda- Le contest� Link, mientras se acercaba al borde

-�Espera, Link!... Niliet tiene raz�n, est� muy oscuro� -Le suplic� la peque�a hada- Esperemos a ma�ana para cruzar el r�o

Link mir� al hada y, despu�s de verla un momento, acept� esperar al d�a siguiente para continuar con su viaje.

Acampar�an a la orilla del r�o que ten�an que cruzar. Niliet arm� una tienda para acampar provisional, hecha de hojas y ramas de �rboles. El cielo se ve�a impresionante; no se divisaba m�s que una sola nube� Una impresionante y gigantesca nube negra que cubr�a todo el cielo, amenazando con soltar su furia en cualquier momento. El viento se escuchaba pasar fuertemente entre las ramas, y a veces se o�a el caer de los rel�mpagos, tronando ensordecedoramente� Sin embargo, ni una sola gota de agua ca�a. Era como escuchar un grito de agon�a� Pero sin l�grimas.

-�Y c�mo es que llegaste a este lugar?- Le pregunt� Niliet a Link, una vez estando dentro de la tienda.

-Ya te dije que no lo s�- Respondi� Link de mala gana.

-�C�mo es que no sabes?- Niliet ten�a mucha curiosidad por nuestro h�roe.

-�Me puedes dejar dormir en paz?- gru�� Link, mientras intentaba acurrucarse en el suelo.

-Tus ojos� Son azules, es un lindo color, Link.

-Ni�o� Es hora de que te duermas� O que por lo menos me dejes hacerlo a m�.

-Es en serio �Nunca lo has pensado? El azul es un color de ojos muy genial.

-Ya c�llate- Le exigi� Link.

-Eres taaaan amargado� Pero yo s� que seguro es porque est�s triste, no s� bien lo que te pase, pero creo que tiene que ver con una mujer� �Te rompi� el coraz�n?- Niliet empez� a re�r a carcajadas.

Link sinti� una fuerte punzada en su pecho. Record� al instante el rostro de la princesa, suplicante y solitario, pidi�ndole que no se fuera.

-�Qu� pasa? �He acertado?- Niliet interpret� el silencio de Link como una afirmaci�n- No te preocupes, el amor es vano y pasajero � se quej�- Seguro y esa tipa era una simplona, no sufras por ella.

Link nunca hab�a sentido tantas ganas de propinarle una paliza a una persona como ahora deseaba darle una a Niliet. Sus palabras le hab�an hecho recordar de nuevo el c�mo hab�a abandonado a la princesa, esta vez el dolor en su pecho era casi insoportable.

Niliet se segu�a riendo, como si hubiera dicho el chiste del siglo, resultaba de lo m�s molesto. Link le hubiera partido la cara, si la pobre hada, cansada, no hubiera interrumpido y pedido que, de una buena vez, se callaran y durmieran.



La noche pasaba r�pido, los ronquidos de Niliet se escuchaban lo suficientemente fuertes para opacar el sonido del viento entre los �rboles.

Link era el �nico que no pod�a dormir. Muchas preguntas pasaban por su mente; ��D�nde estoy? �C�mo he llegado a este lugar? �Realmente esta tierra es Hyrule? �C�mo est� la princesa Zelda en este momento?�

Ten�a tantas dudas�

En el exterior del refugio, se escuch� el crujir de muchas ramas; parec�a que alguien estaba acech�ndolos desde afuera. Link se levant� y desenvain� su espada. El sonido de las ramas desquebraj�ndose era cada vez m�s intenso, un fuerte rayo cay� sonoramente desde el cielo e hizo que la tierra temblara.

El peque�o resguardo que Niliet hab�a hecho, era destruido por una extra�a criatura; La bestia parec�a ser el esqueleto de un Lizalfo con un escudo de metal muy grande. El escudo ten�a tres picos sobresalientes formados de hueso, no llevaba cuchillo alguno, pero las garras de su mano derecha estaban tan grandes y filosas, que pod�an causar el mismo da�o que cualquier espada.

-�Cuidado, Link!- Grit� el hada al ver como el esqueleto lo atacaba.

-��Qu� rayos es esta criatura!? Nunca hab�a visto algo as�- Link se defend�a de los constantes ataques que recib�a- �Este lugar no puede ser Hyrule!- Grit� furioso.

Link atac� con una estocada a su enemigo, pero �ste se protegi� f�cilmente con su enorme escudo, haciendo que todos los ataques de Link rebotaran.

-No puedes derrotar a un Skelfo de frente- Niliet apareci� a un lado de Link para ayudarlo.

-�Un Skelfo?- Pregunt� Link.

-As� le decimos los Sheikas a la criatura que est� delante de nosotros. No puedo creer que no lo sepas- Dijo Niliet incr�dulo, mientras se�alaba al monstruo.

-��Ustedes los Sheikas?!- Link se qued� totalmente sorprendido. Se supon�a que esa tribu hab�a empezado a desaparecer hace 200 a�os �Es imposible� �No juegues conmigo, Niliet! Sabes que la �ltima Sheika muri� hace 100 a�os� Esa raza est� extinta.

-�QU�?- Niliet se sobresalt� - �Acaso est�s loco, Hyliano? Nosotros estamos en nuestro apogeo... �Deja de decir tonter�as!

-El s�mbolo de los Sheikas era el ojo con una l�grima. Y a ti te falta lo �ltimo, no eres un Sheika �Eres un mentiroso!

-�Ser� todo, menos un mentiroso!

Los dos comenzaron con una fuerte discusi�n. Lo que m�s odiaba Niliet era que le llamaran mentiroso; y link detestaba que le mintieran.

Estuvieron grit�ndose tanto, que no se dieron cuenta lo realmente baja que hab�an dejado su guardia.

El Skelfo vio la oportunidad perfecta para agredirlos. Con su huesudo brazo, asest� un poderoso golpe contra Niliet, que por tener la guardia baja result� gravemente herido; la vestimenta que cubr�a su pecho se desgarr� completamente y ahora, se encontraba tirado en el suelo en un peque�o charco de sangre.

-�Niliet!- Gritaron Link y el hada al mismo tiempo.

Fueron corriendo a donde yac�a su cuerpo, pero antes de poder llegar, el Skelfo los intercept�.

Era m�s poderoso de lo que esperaban. No importaba cuantas veces lo golpearan, ese esqueleto monstruoso siempre se levantaba.

Con el ataque escudo, Link logr� aturdir al enemigo. Aprovech� ese breve momento para usar su famoso ataque giratorio, que al golpear al Skelfo, lo hizo caer al suelo. Justo cuando iba a darle el golpe de gracia, el Skelfo se par�, haciendo que la espada de Link quedara enterrada en la tierra h�meda�. Comenzaba a llover.

-�Link, mu�vete de ah�!- Le grit� el hada al ver que Link segu�a intentando sacar la espada de la arena.

Link sinti� como algo se enterraba en su hombro, era una de las garras del Skelfo. Pudo escuchar como la filosa garra penetraba en su carne, y como la sangre ca�a en el suelo. El dolor le oblig� a soltar su espada y tumbarse al piso�. Ahora estaba a merced del monstruo, en cualquier momento pod�a matarlo.

La lluvia comenz� a caer tan fuertemente que Link ya no pod�a escuchar nada, lo cual parec�a, en esos momentos, ser algo muy bueno, pues la criatura re�a de una forma gutural que era mejor para Link no escuchar.

Cerr� sus ojos, resignado a que le llegara el fin. Sin embargo, pas� un largo momento� Y no sent�a nada. Abri� los ojos para asegurarse de si segu�a vivo o no. En lugar de eso, vio a Niliet luchando contra el Skelfo para defenderlo� El verlo pelear; dando su vida para protegerle, luchando a pesar de estar herido� Fueron por todas esas razones que Link encontr� el valor de nuevo, se precipit� a tomar su espada.

Como el Skelfo estaba entretenido luchando con Niliet, no se dio cuenta de que Link se hab�a recuperado y ahora estaba listo para luchar.

Link le lleg� por la espalda al Skelfo, y con su espada lo golpe� fuertemente en el cr�neo. La esquel�tica criatura solt� un grito de dolor y fue dando tumbos hasta la orilla del ca��n.

-�Est�s bien, Niliet?- Pregunt� Link.

-�Est�s bien t�?- sonri� alegremente Niliet.

El monstruo segu�a agonizando a la orilla del ca��n, as� que Link fue para terminar el trabajo.

-Te ir�s� Al infierno conmigo�- Dijo el Skelfo, quien tom� de la pierna a Link tir�ndolo, junto consigo mismo, al ca��n.

-�LINK!- El muchacho de la tribu Sheika fue corriendo a la orilla.

Link se sosten�a de una peque�a roca. Si se soltaba caer�a dentro del r�o, que por la lluvia rug�a furioso.

-�Dame la mano, Link! � Le grit� Niliet desde arriba, mientras estiraba su mano.

-�Para d�rtela necesito estar diez metros m�s arriba! Tonto�

Era verdad� Estaban muy lejos uno del otro.



De nuevo, todos los sonidos desaparecieron.

-Tienes que soltarte�- Le dijo la voz en su mente- Es la �nica salida.

Link, sin pensarlo dos veces, obedeci� lo que la voz le dec�a y se dej� caer al r�o.

Lo �ltimo que escuch� fue la voz de su acompa�ante Sheika. Que gritaba desesperadamente desde arriba.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Al despertar, estaba en un lugar completamente diferente� Parec�a ser un lago.

Una melod�a extra�a, pero que a la vez le sonaba familiar, se escuchaba en el aire.

-Link, que bueno que despertaste- Le dijo el hada

-Ah� Si t� est�s aqu� �D�nde est� Niliet?

-Como yo puedo volar, logr� seguirte, pero �l se qued� atr�s- Le respondi� el hada

-Ya veo- Link sent�a un peque�o dolor de cabeza� Despu�s de todo hab�a sido una gran ca�da.

-�Hey! Hay alguien que te ha estado esperando, Link- El hada le dio unos golpecitos a Link para que la siguiera.

Se dej� guiar, y conforme se iban desplazando, aquella melod�a sonaba con m�s fuerza� Hasta que se detuvo.

-�l es�- El hada vol� hasta un extra�o hombre que llevaba una arpa. Era ah� de donde sal�a la m�sica.

-Te he estado esperando� -Le dijo el muchacho a Link. Despu�s volte� a ver al hada- Qu� bueno que lo has tra�do sano y salvo hasta este lugar, Navi

-No ha sido f�cil- Respondi� Navi

-Un momento� -Link se qued� boquiabierto. La voz de ��l� le sonaba conocida� Era este muchacho el que hablaba en su mente� No hab�a duda de que era su voz.

-�Qui�n eres t�? �Le pregunt� Link

-Mi nombre es Sheik, y yo tambi�n he sido enviado para ayudarte�- Sheik alz� su arpa y se�al� el s�mbolo que llevaba en su pecho- Yo soy un Sheika�

El s�mbolo de Sheik era como Link lo recordaba, un ojo que lloraba, un ojo con una sola l�grima� Era un poco diferente al de Niliet, sin embargo, llevaban prendas de vestir muy parecidas, por no decir iguales.

-�Eres t� el que ha estado invadiendo mi mente?- Le pregunt� Link

Sheik respondi� con una peque�a sonrisa, la cual era tapada por las vendas que llevaba alrededor de su cuello.

-Te dir� c�mo puedes salvar a la princesa- habl� Sheik con su profunda voz�
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